Sara Ponte era Argentina. Vivió mucho tiempo en los Estados Unidos de America. Paso sus últimos años en Santiago de Chile donde falleció en el otoño andino del 2019. Fue presidente de la Compañía de San Pablo después de la gran crisis del instituto al que sirvió con espíritu de servicio y sacrificio.
Conocía muy bien tres lenguas. Las lenguas de la Compañía: español ,ingles, italiano pero sobre todo poseía una característica que hoy la comunidad esta recuperando.Un espíritu católico, universal abierto al mundo.
Vivió en el siglo comprendiéndolo como un todo. Para ella no había muros y se movió siempre con grande libertad. Como el apóstol Pablo su patria eran “las Gentes” , los lejanos, los gentiles , los que Vivian sin Dios y sin esperanza.
Sara Ponte conocía las raíces de la compañía, sufrió mucho cuando veía que la comunidad se alejaba de sus origenes. Ella llevaba en el alma la abnegación y el espíritu de renuncia de los primeros Paulinos.
Vivió siempre con sobriedad, distinción y orgullo el carisma paulino. Aun en los últimos tiempos cuando parecía ausente pero siempre su mirada, sus gestos y hasta a veces sus palabras se encendían de pasión por el evangelio de Cristo.
Ninguno podrá olvidar a Sarita. Su sonrisa, su ternura, su firmeza cuando tomaba una decisión. Era muy exigente con si misma. Sabia muy bien que el tiempo de la vida era breve y que todo era regalo y gracia de la providencia. Viajera incansable cruzo muchas veces el océano y las montanas busco siempre en el cielo el destino de todas las cosas. Fue madre,hermana y maestra. Fue sobre todo una mujer universal sin fronteras profundamente enamorada del Señor Jesús y de sus palabras a las cuales fue fiel hasta su ultimo respiro. Ahora la compañía la tiene como intercesora, protectora y amiga para siempre.